Ser mujer y feminista

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¿Cuántas de vosotros/as os consideráis feministas o lo reconocéis públicamente? Yo, hasta hace unos meses no me refería a mi como feminista. Me daba miedo la palabra y decía que era humanista, que suena más fino y causaba admiración entre mis interlocutores. 

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¿Por qué? Pues porque hoy en día ser mujer y declararse feminista da miedo. La palabra feminista se ha estigmatizado, vilipendiado y se le ha dado un sentido tan peyorativo, que se relaciona con loca, fanática, extremista… y, claro, quien quiere ser una loca fanática, nadie.

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Se ha conseguido que nos avergoncemos del término. Y, yo me pregunto: ¿Por qué nos tenemos que avergonzar de pedir igualdad de oportunidades, derechos y libertades? Porque eso es Ser Feminista: querer los mismos derechos, libertades y oportunidades para ambos géneros.

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Ser feminista NO es cuestión de sexo. Es evidente que somos fisiológicamente diferentes. De hecho, solo nosotras podemos dar vida tanto a mujeres como a hombres. Pero dar biberones o cambiar pañales no debería ser cuestión de género.

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Ser feminista NO significa ser enemiga del hombre. Como vamos a ser enemigas de un ser al que engendramos,  parimos, amamantamos, cuidamos y amamos. No somos opuestos sino complementarios. No subordinados sino coordinados.

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Machista es quien reclama para  su propio interés más libertad, derechos y oportunidades que las mujeres abusando de una posición de poder.

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Las feministas no queremos más, solo igualdad de trato, derechos, libertades y oportunidades. 

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¿Qué por qué lo pedimos? Pues porque no lo tenemos.

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Os voy a dar datos del último informe del Instituto Nacional de Estadística español de mayo de 2021 al que podéis acceder en su página web. ¿Cuántas mujeres creéis que hay en el conjunto de los Consejos de Administración de empresas? Solo el 30 por ciento son mujeres, el 70 por ciento son hombres.  ¿Cuántas presiden alguno de esos Consejos de Administración? La cifra es anecdótica, solo un 6 por ciento.

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En cuanto, a los salarios. La brecha salarial se sitúa en un 24 por ciento.

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Las desigualdades son tan evidentes que duelen. Más duele la siguiente cifra, aviso que puede herir vuestra sensibilidad. Según Comisiones Obreras y UGT,  el 72 por ciento de las mujeres que han sufrido acoso sexual en el trabajo no lo denuncian por temor a perder su puesto de trabajo, a que no las crean, o las señalen. 

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¿A cuántos os han tocado el culo o los genitales en el trabajo? ¿A cuántos os han dicho obscenidades? 

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Hace poco una compañera conocida por todos, la comentarista deportiva de TVE, Paloma del Río, reconocía que un compañero le tocó las tetas. Lo hace ahora a punto de jubilarse y con toda la credibilidad que le dan 30 años de excelente trayectoria profesional.

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 ¿Cuántos de vosotros os preocupáis mucho más cuando salen vuestras hijas por la noche que vuestros hijos? ¿Por qué teméis que a ellas les pueda pasar algo, que pensáis que les puede pasar? 

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¿Cuántas víctimas de violación hombres conocéis y, mujeres? ¿Cuántos hombres mueren a manos de mujeres al año y cuántas mujeres son asesinadas al año por  maridos, exmaridos?

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¿Cuántas mujeres conocéis directoras de medios de comunicación, y de Hospitales y, Premios Cervantes o Presidentas del Gobierno? ¿Cuántas rectoras de Universidad conocéis? 

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Pero si el rey Felipe es rey por una ley tan obsoleta como injusta por la que solo el hombre podía seguir la línea sucesoria. 

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Ante todo esto, yo me pregunto ¿Cómo es posible no ser feminista?

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Cuando en los libros de historia se les de su justo lugar a las mujeres, mujeres escritoras, pintoras, científicas, filósofas, reinas, políticas…y por fin aparezcan Clara Campoamor, María Zambrano, Josefina Aldecoa, Emilia Pardo Bazán, Maruja Mallo, Juana Pacheco, Margarita Salas…entre muchísimas más y las podamos estudiar en colegios, institutos y universidades.

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Cuando, ningún padre ni madre teman por su hija y ninguna hija ni mujer teman andar solas de noche por la calle.

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Cuando no se despida o se deje de contratar a una mujer por estar embarazada.

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Cuando tengamos las mismas oportunidades laborales y sociales.

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Cuando dejemos de oír eso de que detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer. En vez de, una gran mujer alumbró a ese gran hombre.

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Cuando ninguna mujer sea maltratada ni asesinada a manos de un hombre.

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Ese día dejaré de ser feminista para poder ser tan solo humanista.

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¡Ojalá llegue pronto!

Yolanda Fernández

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