Cuatro mitos sobre sobre el alcohol

El alcohol con consumo moderado es beneficioso para la salud

En nuestro país, se atribuyen unas 6.500muertes anuales a cáncer producido por consumo de alcohol. Se estima que esto se traduce en datos a que el 27,1% de los cánceres de mujer y el 18,1% de los casos en hombres de cáncer, son producidos por el consumo de alcohol.

La probabilidad de cáncer de mama aumenta un 7% con el simple hecho de tomarse un par de cañas al día, mientras que el cáncer de intestino ronda el 23%. Es innegable el hecho de que el alcohol es beneficioso para el desarrollo de diferentes tipos de cáncer. El alcohol aumenta el riesgo de cáncer porque al consumirlo, el cuerpo lo convierte en acetaldehído, lo que puede ocasionar daños irreparables en el tejido del ADN, produciendo que las células generen fallos en su replicación, lo que permite que se forme una neoplasia (potencial tumor canceroso).

Hacer ejercicio no rebaja el nivel de alcohol en sangre

Desde hace tiempo, se cree que beber y hacer deporte tienen una estrecha relación. Se cree que hacer ejercicio intenso durante un corto período de tiempo expulsa más rápidamente el alcohol del organismo. Por una parte, esto si que sería verídico ya que, al ejercitar, aumenta nuestra presión sanguínea, aumentando a su vez el bombeo de sangre a nuestras células. En el mismo tiempo, necesitamos un aporte de oxígeno más rápido parala producción de energía.

En consecuencia, el alcohol se propaga más rápido en nuestro sistema haciendo que nos “suba” más rápido, produciendo el efecto contrario que se esperaba.

El alcohol no es una droga

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)” una droga es toda sustancia que, al introducirla en el organismo, produce en el individuo modificaciones en su estado psíquico (percepciones, emociones y conducta). Las drogas adictivas pueden causar dependencia si se consumen repetidamente”.

Cuando tomamos la decisión de tomar alcohol, muchas veces no somos conscientes de lo que puede producir al ingerirlo. Lo tomamos como hábito cuando quedamos a tomar algo, comemos, o incluso estamos disfrutando de nuestra serie favorita y decidimos abrir una lata de cerveza. Es algo tan cotidiano con lo que convivimos día a día, que no somos capaces de percibir e incidir en cambiar ese hábito.

Terminar con un licor es digestivo

Cuando tenemos una comida familiar o una cena de empresa, al terminar siempre es costumbre poner unos chupitos de orujo, licor de hierbas o cualquier otro licor típico del ecosistema español. La realidad es que, consumir alcohol, tanto agudo como crónico, puede producir gastritis. El dolor de estómago, náuseas o vómitos son conocidos por la intoxicación alcohólica y la resaca. El consumo excesivo durante este tipo de eventos puede llegar a causar daño en el tubo digestivo, produciendo inapetencia, que lleva a una alimentación inadecuada y dificultad en la absorción de nutrientes.

Por tanto, no es conveniente terminar con un licor una comida contundente, ya que perjudica la correcta digestión.

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